A 'la movida' madrileña siempre le asociamos un estado vital, de activación, de creatividad y energía, que a principios e los 80 sacudió el panorama musical de la capital, apareciendo muchos grupos con propuestas interesantes y creativas.Si bien la mayor parte de los iconos de aquel movimiento fueron grupos marchosos, fiesteros y en general del reino de la luz; Alaska, Mamá, Radio Futura, Almodóvar, Secretos, Nacha Pop, etc.
Algunos habitantes de mundos más oscuros, también aprovecharon la coyuntura para crear y buscar a un público bastante abierto a nuevas formas hacer música.
El grupo que quiero homenajear es, La décima víctima, grupo que frente a la alegría externa trataron de conjurar sus obsesiones y miedos a través de unas canciones enigmáticas, cargadas de nostalgia y tensión.
El grupo lo componían un curioso tándem Hispano-Sueco, esta estructura le llevo a liderar los registros intimistas y abordar de una forma templada y sutil, ahora tan lejos, todos los puntos débiles de la sensibilidad humana, la soledad, la separación, el miedo, el vacío. Panorama esperanzador.
Para finalizar una versión del Signo de la Cruz que aunque suena más moderna y menos siniestra tiene la esencia del original.
Décima víctima, se os echa de menos, de corazón!
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